domingo, 28 de agosto de 2011

I ENCUENTRO MACROREGIONAL DE ESTUDIANTES DE SOCIOLOGIA-AREQUIPA-NOVIEMBRE 2011

FECHA:   Del 16 Al 18 De Noviembre
LUGAR: Universidad Nacional De San Agustín- Ciudad Universitaria, Avenida Venezuela  s/n
CONVOCATORIA


El  Centro de Estudiantes de Sociología de la Universidad Nacional de San Agustín, convoca al I Encuentro Macro regional de Estudiantes de Sociología, en el contexto de un inaugural gobierno que aspira a la mejora de la educación  universitaria, a través  de la acreditación como proceso por el cual deben pasar las carreras de  ciencias sociales , en especial la sociología como ciencia que aporta al desarrollo de nuestro país con la formación de sociólogos  que contribuyen en el análisis  e investigación de los fenómenos sociales para posteriormente diseñar e implementar  programas y políticas sociales para lograr un Perú mejor. Dicho evento también se enmarcará en el 50avo.  Aniversario  de la Escuela Profesional de  Sociología de la UNSA, a celebrarse en el 2013.


La Escuela Profesional de sociología de la Unsa  cuenta con la infraestructura y experiencia en la realización de eventos académicos de tal envergadura. Existe también el compromiso de nuestros docentes, el Colegio de Sociólogos, el Centro de Estudiantes de Sociología y de los estudiantes en general, para la realización de este magno evento  que debe honrar a los estudiantes de  sociología del país y de la macro región sur, en especial.


Nuestra motivación como grupo representativo  en nuestra  Escuela, también nos impulsa a contribuir con la formación teórico-práctica de nuestros compañeros, motivo por el cual le damos suma importancia a la realización de eventos académicos fortaleciendo la sociología en aras de la completa formación  académico profesional  de los sociólogos  de pre - grado.
De esta manera, buscamos  también fortalecer los nexos logrados con estudiantes de sociología de otras universidades peruanas, promoviendo así un  intercambio de ideas sobre la problemática tanto de nuestras Escuelas Profesionales  como de la sociedad en general y en torno a la coyuntura por la que atraviesa nuestro país.
Dicha actividad servirá también para el intercambio de experiencias, visiones acerca de la problemática por la que atraviesa el estudiante de sociología y su necesidad de alcanzar la mejor preparación y el acceso a oportunidades de preparación y perfeccionamiento y así  poder  insertarse en el mercado laboral cada vez más competitivo. Todo ello obedece a la preocupación observada durante el VIII Congreso Nacional de Sociología, realizado recientemente en la ciudad de Huánuco, razón por la cual las delegaciones de estudiantes optamos  por la conformación de la Red Nacional de Estudiantes De Sociología (Renaes), como una forma de abordar esta problemática desde las redes sociales  y dar a  conocer la realidad de la formación académico profesional de los sociólogos de pre-grado y contribuir desde nosotros mismo con alternativas, propuestas y  oportunidades. Todo esto nos motiva a realizar este I Encuentro Macro regional de Estudiantes de Sociología.




EJES CENTRALES  DEL ENCUENTRO MACROREGIONAL  DE ESTUDIANTES DE SOCIOLOGIA-AREQUIPA –NOVIEMBRE 2011
  • NUEVOS PARADIGMAS DE LA SOCIOLOGIA EN EL SIGLO XXI
  • FORMACION PROFESIONAL  Y  ACREDITACION
  • CAPACITACION Y PERFECCIONAMIENTO (BECAS ,MAESTRIAS,DOCTORADOS)
  • LA SOCIOLOGIA Y EL NUEVO MERCADO LABORAL   (POSIBILIDADES DE TRABAJAR)


MESAS DE TRABAJO
  • MOVIMIENTOS SOCIALES  Y  SUJETOS SOCIALES
  • GENERO  Y  CIUDADANIA 
  • EDUCACION INTERCULTURAL  EN EL PERU         
  • EXPERIENCIAS EXITOSAS DE PROYECTOS RURALES Y URBANOS
  • VIOLENCIA POLÍTICA
  • DESCENTRALIZACION


NORMAS PARA EL ENVÍO DE RESÚMENES Y PONENCIAS




RESUMENES


Los autores deberán enviar un resumen de su ponencia con una extensión  no menor de 1 página y no mayor de 4 páginas  ,en formato Word , Arial 12.


El resumen  debe  ser presentado con el Título de la ponencia en primer lugar, nombre del autor (es), la Universidad a la que pertenece. Deberá colocar  su correo electrónico y teléfono.
Las referencias bibliográficas pueden ser incorporadas al final del texto.


Fecha límite: 25 de octubre del 2011.




PONENCIAS


Los autores deben tener en cuenta que la extensión del artículo debe ajustarse a un mínimo de 10  páginas y un máximo de 15 páginas. Deben ser enviados vía correo  electrónico, en formato Word, Arial 12.


Debe ser enviada  con el Título de la ponencia en primer lugar, nombre del autor (es), la Universidad a la que pertenece. Deberá colocar  su correo electrónico y teléfono.
Las referencias bibliográficas pueden ser incorporadas al final del texto.


Fecha límite: 5 de noviembre


Enviar al Coordinador Académico a la siguiente dirección:
E-mail: sociologiaunsa@gmail.com




COSTOS POR INSCRIPCION


  • ESTUDIANTES :  40.00
  • PROFESIONALES: 70.00
  • PUBLICO EN GENERAL : 70.00

domingo, 26 de junio de 2011

Los actores del desarrollo local ante el modelo neoliberal. Aportes desde el “Mapa de la Riqueza Michel Azcueta

ponencia Pepe Davila

Actuales conflictos son 227, de los cuales 142 se mantienen activos y 85 latentes.
Añadió que, del total, el 64 por ciento de conflictos están en proceso de diálogo, aunque reveló que, por lo menos, en el 51 por ciento de los casos se han producido hechos de violencia.
Las regiones que en este momento afrontan una mayor agitación social son Áncash (con 27 casos), Puno (21), Lima (19) y Cajamarca (17).
http://www.larepublica.pe/21-06-2011/humala-debera-resolver-mas-de-220-conflictos-sociales, Martes 21 Junio, 2011 

congreso HUANUCO 2011

ALGUNOS ASPECTOS TEÓRICOS DE LOS CONFLICTOS SOCIO AMBIENTALES
                                                                              DAEL DAVILA ELGUERA Y JOSE DAVILA CISNEROS
1.- VIDEO DE CADE Y LOS CONFLICTOS DE MINISTRO DEL INTERIOR Y EX DEFENSORA DEL PUEBLO (ppt)
http://www.youtube.com/watch?v=8qu5NPyafHc&feature=player_embedded
2.- QUIENES LO SIGUEN:
                a) Estado: PCM con la UpySC,   MEM con la OG de GS y la DP con la unidad de Conflictos
 Sociales
b) Empresa: SNMPE: GEEy S
c) Sociedad Civil: IDRC, CIES, PUCP,  OCMAL, Red Muqui, Grufides-Cajamarca
3)Enfoques:
a)  Maldición de los Recursos Naturales, M. Tijiero
b) Buen Vivir o Buen Con-Vivir
4.- Paradigmas:
                a) Funcionalismo estructural
                b) Marxista
5.- Algunos Señalamientos de Hechos y Tesis :
a) El conflicto socio ambiental nace a partir del mal funcionamiento de los medios  institucionalizados, que canalizan las demandas de los pobladores, de los intereses y valores que constituyen parte del conflicto,  por la fragmentación y ruptura social.
b) las grandes empresas tienden a convertirse en un actor social total, porque reconfiguran bruscamente las economías locales y penetran todo el tejido social.
c) La realidad no puede ser parcializada desde un solo paradigma y requiere de un enfoque multiactoral por cuanto incluye al sector privado, el estado y la sociedad civil.
d) el actual modelo de acumulación implica cada vez más la mercantilización y la depredación, entre otras cosas, de los bienes ambientales, la acumulación originaria ha desplazado a la reproducción ampliada del capital.
e) El territorio aparece en el centro de los reclamos de las movilizaciones campesinas e indígenas.
f) Las variables del Conflicto Social, hoy en día pendulean desde la eliminación (Baguazo, Combayo)  negociación , absorción (Quilish)  y la Subordinación (criminalización de la protesta social)   

jueves, 16 de junio de 2011

Escuela profesional de sociología
Centro de estudiantes de sociología
Presentación:
De mi especial consideración y mi mas grato agrado le doy la bienvenida a ustedes el motor y motivo de esta escuela, una vez dijeron que seria un jardín sin niños se respondieron un cementerio; lo mismo pasa con ustedes que seria un escuela sin ustedes nada.
El centro de estudiantes les da la bienvenida a un nuevo año académico deseándoles las mejores de la suerte y mas que eso los mas fraternos sentimientos de unión; con un compromiso incomparable con el desarrollo organizativo y académico de cada uno de ustedes; por lo tanto ahora nosotros hemos preparado un plan de trabajo en el cual ustedes podrán apreciar diferentes actividades las cuales demuestran, nuestro compromiso con la universidad y mas el compromiso con ustedes.


lo nuevo

El desarrollo local como modelo alternativo de política social: una reflexión sobre modelos, estrategias y territorios


Adriana Rofman
Marisa Fournier

17/06/2011

 

1. INTRODUCCIÓN



La noción de desarrollo local se ha instalado en distintos espacios académicos y de gestión pública, como un novedoso modelo de intervención sobre la cuestión social que permitiría lograr resultados efectivos en aquello que las políticas sociales enuncian como su “promesa” : mejorar las condiciones de vida de la población ampliando los márgenes de integración social y, por lo tanto, reduciendo la exclusión, la marginalidad y la pobreza.

La proliferación de programas de desarrollo local en instituciones que hasta hace pocos años organizaban sus actividades en proyectos de desarrollo comunitario o de promoción social , no puede explicarse sólo como un efecto discursivo, producto de la difusión de innovaciones en el mundo político e intelectual.  Si bien es innegable que este término está hoy de moda, tanto entre quienes llevan adelante las acciones como -fundamentalmente- entre quienes las financian, el interés por esta perspectiva también refleja una redefinición profunda de los enfoques básicos de la intervención social.

Redefinición que comienza por el objeto mismo de las políticas de  intervención sobre la cuestión social , ya que el enfoque integral de la estrategia de desarrollo local obliga a ampliar la consideración de la problemática, que ya no es sólo social – en el sentido de la participación en la distribución de bienes y servicios sociales- , sino también económica, política, ambiental, etc. , es decir, conformada por todos aquéllos procesos que determinan la  realidad local. .Este principio de integralidad  también lleva a extender el mapa de actores involucrados en las acciones,  puesto que la orientación hacia el desarrollo territorial requiere de la participación de todos los sectores comprometidos con la problemática local, no sólo aquéllos que se encuentran en situación desvaforable.

Por otro lado, el enfoque del desarrollo local ha permitido conceptualizar , y así legitimar, una nueva mirada acerca de la implantación territorial de los proyectos y programas sociales. Apoyada en la teoría sobre la naturaleza espacial de los procesos sociales, esta perspectiva implicó revalorizar los recursos y las articulaciones que tienen lugar en el ámbito local, y así puso de manifiesto la efectiva inserción local que generalmente tienen las organizaciones y los proyectos que trabajan en el campo de lo social.

En síntesis, muchas de las iniciativas que últimamente ha adoptado una denominación  que incluye el término “desarrollo local”  han revalorizado la trama socioinstitucional territorial en la que están insertos, y han reformulado sus estrategias de intervención hacia una dinámica de desarrollo de las potencialidades de dicha trama. 

La riqueza de este movimiento de cambio en los modelos conceptuales y políticos para abordar la cuestión social no está todavía adecuadamente reflejada en la literatura sobre el tema, particularmente en lo referente a los avances que están teniendo lugar en Argentina. Una característica destacada de la mayoría de los textos que circulan en este campo, es su tono  fuertemente prescriptivo,  ya que sus contenidos tienen por objeto proponer cursos de acción antes que analizar los procesos realmente existentes. Este vacío es más notorio aún cuando se buscan estudios que den cuenta de las dinámicas reales de promoción de desarrollo local en ciudades grandes o áreas metropolitanas de nuestro país.

Dado este predominio de los enfoques normativos – que señalan el horizonte hacia adónde habría que encaminarse- y los estratégicos – que indican qué es lo que hay que hacer,  no se cuenta aún con una masa crítica de investigaciones empíricas sobre experiencias reales y concretas, sobre los procesos desencadenados a partir de la implementación efectiva de programas de desarrollo local.

Puesto que la formulación teórica del modelo de desarrollo local se basó en la experiencia de algunas ciudades pequeñas de países centrales,  los escasos estudios de caso que componen la literatura hegemónica en este campo hacer referencia a esas experiencias. Así, algunos núcleos conceptuales centrales a este modelo suponen condiciones socioterritoriales muy diferentes a las que caracterizan a las áreas metropolitanas de nuestro país.

Sin embargo, como se adelantaba en párrafos anteriores, encontramos hoy múltiples programas, iniciativas o proyectos que pueden ser enmarcados en la orientación del desarrollo local que están teniendo lugar en estas grandes ciudades, y más precisamente en el Area metropolitana de Buenos Aires. Iniciativas que avanzan en territorios marcados por condiciones socioeconómicas, institucionales e históricas muy diferentes a las que facilitaron el éxito de las experiencias originales, sobre las cuales se elaboró el modelo estratégico de desarrollo local hoy vigente en la mayoría de los textos.

Este artículo se sitúa, entonces, en el cruce entre un modelo teórico todavía hegemónico y la emergencia de iniciativas que, si bien se suponen orientadas por dicho enfoque, se desarrollan en contextos socioterritoriales  marcadamente disímiles de aquéllos que viabilizaron  los procesos exitosos que sustentan la difusión internacional del modelo. 

Por lo tanto, este texto se propone revisar la contribución teórica y estratégica del modelo de desarrollo local sobre las políticas de intervención sobre la cuestión social,  tomando como objeto de análisis tanto a las elaboraciones teóricas que estructuran el debate actual en este campo , como también a algunas iniciativas concretas que se han implantado en el  Area metropolitana de Buenos Aires.

La primer sección del artículo está destinada a comprender la difusión del modelo de desarrollo local como propuesta alternativa a las políticas y programas sociales hasta ahora vigentes, y a analizar la riqueza y las límitaciones de los distintos enfoques teórico-estratégicos que configuran este campo de pensamiento y acción. Principalmente, nos interesa interrogar estos modelos en cuanto a su aplicabilidad en territorios metropolitanos.

En la segunda sección se presentarán y analizarán algunas experiencias de promoción del desarrollo local que se registran hoy en el conurbano bonaerense,  con el fin de comprender cómo se resuelven, en la práctica cotidiana, los vacíos o desajustes conceptuales identificados en los modelos teóricos.

En particular, se analizarán tres experiencias actualmente en marcha en la zona noroeste del conurbano bonaerense impulsadas, fundamentalmente, desde diferentes actores socio institucionales: 

Ø    la universidad, a partir del Programa de Desarrollo Local de la Universidad Nacional de Gral. Sarmiento
Ø    el estado municipal atendiendo a las políticas de desarrollo local del Municipio de Moreno
Ø    y las organizaciones sociales y culturales expresadas en la experiencia de promoción cultural y comunitaria de los “Aguante de la Cultura”

La reflexión sobre estas experiencias, que están en su mayoría en su fase inicial, permitirá poner de relieve algunas tensiones que existen entre las formulaciones teóricas y, en cierta medida prescriptivas, del desarrollo local como modelo y las condiciones sociales,  culturales y territoriales que son (serían) la base de anclaje del modelo. De esta manera, se pretende analizar  la real potencialidad de la propuesta de desarrollo local para responder a su propia promesa, particularmente cuando se trata de condiciones socioterritoriales diferentes a las que dieron origen al modelo.


2       LA EMERGENCIA DEL DESARROLLO LOCAL COMO MODELO TEÓRICO

2.1.          De las políticas sociales a los programas de desarrollo local

El interesante debate actualmente instalado en el mundo académico y en el ámbito de la gestión pública acerca del campo de intervención de las políticas sociales[1] lleva a redefinir los márgenes de dicho campo, en el sentido de ampliar el espectro de cuestiones y de agencias involucradas.

Desde la discusión teórica, distintos autores ponen en cuestión la perspectiva asistencialista que , en los últimos años, ha tendido a asociar de manera restringida a las políticas sociales con la provisión de bienes y servicios a los sectores desfavorecidos.

Un planteo interesante en este sentido fue elaborado por Cortés y Marshall , al redefinir el mismo concepto de políticas sociales, proponiendo la fórmula “ intervención social del Estado” , que alude a “el conjunto de políticas ... que se dirigen a la población, sus condiciones de vida y el orden social” (CORTÉS Y MARSHALL, 1993 p.3/5) . En esta misma línea, Andrenacci postula que las políticas sociales se refieren a las intervenciones públicas sobre los mecanismos de integración social del sistema. Estas políticas que pueden tanto apuntar al centro del sistema, esto es, a los vectores fundamentales de la integración social : las relaciones salariales; como también a los márgenes del mismo, asumiendo la forma de mecanismos compensatorios de los efectos de la exclusión del sistema, es decir, los programas asistencialistas. (ANDRENACCI, 2002)

Esta visión de las políticas sociales como intervenciones en el * centro” de la cuestión social la acercan mucho a la propuesta del desarrollo local, ya que comparten un mismo horizonte: lograr mayores niveles de integración social , interviniendo sobre la base estructural que configura  a cuestión social.

En el mundo de los ejecutores de proyectos y programas sociales está tomando cuerpo un proceso semejante, en cuanto a la extensión de las fronteras de las políticas sociales. Es cierto que el modelo actualmente hegemónico concentra los recursos en torno a las acciones de orden asistencial, y por lo tanto coloca en estos programas las mayores expectativas de legitimación y reproducción del orden socioeconómico y el sistema político. Sin embargo, la corriente difundida en la última década en el ámbito de la formulación de proyectos sociales que aboga por la orientación integral de las intervenciones sociales, y por la consideración de la naturaleza dinámica y política de la planificación social ( ROBIROSA, et al, 1990) ha impactado fuertemente en las agencias encargadas de estas funciones, tanto en el  ámbito estatal como en el sector no gubernamental. Buena parte de los programas y proyectos sociales nacidos en los ´90 operan sobre un complejo entrelazamiento de problemas que no sólo superan la barrera de la provisión de recursos para abarcar aspectos de educación formal, capacitación laboral, cuidado de la salud, entre otros, sino que llegan a incluir problemáticas habitualmente no identificados con las políticas sociales como el desarrollo productivo, el medio ambiente, los factores  culturales, el ejercicio de derechos, etc.

Por otro lado, como consecuencia de la política de descentralización que reestructuró el entramado institucional responsable de las intervenciones sociales, el espectro de instituciones involucrado actualmente en la formulación e implementación de políticas sociales se ha diversificado notablemente, incluyendo no sólo a instancias estatales de otro nivel –como provincias y municipios- sino también a organizaciones no estatales de distinta envergadura, entidades financiadoras de diferente origen nacional y naturaleza institucional y, por supuesto, a los organismos internacionales de crédito.

En consecuencia, si se hiciera hoy un inventario de las intervenciones autodenominadas “políticas sociales”  , analizando las cuestiones abordadas , las actividades incluidas y los actores comprometidos en la ejecución de estos proyectos, se encontraría el reflejo del debate teórico en el ámbito de las prácticas sociales e institucionales.

Entre las muchas reformulaciones que están atravesando los programas sociales cabe destacar un camino que reviste, a nuestro criterio, particular interés: la creciente emergencia de proyectos de “desarrollo local” en espacios institucionales antes dedicados a los proyectos sociales. Es cierto que este tipo de reorientaciones suele estar vinculada a la imposición de nuevos criterios de elegibilidad de las agencias financiadoras, y, en este sentido, es probable que la expansión de esta modalidad de intervención no se corresponda ajustadamente con un cuestionamiento profundo de las prácticas anteriores. Este reparo no debe llevar a minimizar la relevancia que asume la creciente adopción de esta perspectiva como modelo de intervención social , ya que la aplicación de las estrategias propuestas por este modelo suponen avanzar en las mismas líneas de redefinición del concepto de políticas sociales antes mencionada.

La idea que interesa postular aquí es que, más allá del variable grado de autonomía presente en la decisión de reorientar los proyectos hacia el desarrollo local , la expansión de acciones de promoción del desarrollo local nos enfrenta a la efectiva presencia de una modalidad diferente de intervención, modalidad que –justamente- implica ampliar el espectro de cuestiones, actores y estrategias involucradas. Así, una mirada posible – aunque no la única- sobre la difusión del modelo de desarrollo local en la última década, asocia este proceso a la redefinición teórica y práctica del campo de las políticas sociales.

Cabe preguntarse entonces, cómo se configura esta suerte de reconversión de proyectos y programas sociales en procesos de desarrollo local, y cuáles son las  “intersecciones” o puntos de encuentro entre estos dos tipos de intervención que habilitan este acercamiento.  Para avanzar en estos interrogantes es necesario ahondar en el análisis del debate actual en el campo del desarrollo local, exponer las distintas perspectivas que sostienen la creciente difusión de este modelo de intervención.  

2.2. Las distintas perspectivas sobre desarrollo local

La historia de la construcción del modelo de desarrollo local  se afinca en el debate instalado en el pensamiento económico cuando desde distintos ángulos se señala que la preocupación excluyente  por el crecimiento de la economía ocultaba que el desarrollo de las sociedades supone un proceso de cambio más complejo y multidimensional.

A partir de este cuestionamiento inicial se abren distintas teorizaciones y propuestas políticas que por revisan el modelo económico hegemónico a la luz de los procesos mundiales de desarrollo/subdesarrollo , así como otras elaboraciones referidas a la propia concepción de la idea de desarrollo – que dan pie a las distintas adjetivaciones del concepto: desarrollo sustentable, social, integral, humano, etc-.

La formulación del modelo de desarrollo local se apoya en dos matrices: a partir del análisis del carácter espacial – nacional y regional – del desarrollo surge el interés por comprender  las dinámicas territoriales ; y sobre la base de la inclusión de los aspectos sociales, político-institucionales y ambientales en la idea de desarrollo se asienta la perspectiva integral de este paradigma.

A este rápido recorrido por la historia intelectual cabe agregarle, como un factor de peso en la revalorización de lo local,  una referencia a los profundos cambios en la organización territorial del planeta en las últimas décadas del siglo XX. La relativa flexibilización de las fronteras internacionales y el debilitamiento de la soberanía de los estados nacionales que a grandes rasgos aparecen hoy como principales indicadores de la globalización , han puesto de relieve la importancia del ámbito local como espacios de identidad y de referencia para proyectos de transformación. Este nuevo orden mundial ofrece, en principio, un mayor margen de autonomía para las ciudades y las regiones, cuyos habitantes ven fortalecido su sentimiento de comunidad y descubren posibilidades de desarrollo al relacionarse directamente con el resto del mundo.

Si bien estas oportunidades, como muchas otras, no están distribuidas equitativamente en todo el planeta, su expansión en los países desarrollados brindó el marco histórico al surgimiento de esta renovada mirada respecto de la relevancia de los espacios locales.

El modelo del desarrollo local,  en sus principios teóricos, se basa en una concepción integral del desarrollo, donde la palanca de cambio radica en el aprovechamiento y  potenciación de los recursos y capacidades propios de la región o localidad.  Esta perspectiva pone de manifiesto la naturaleza territorial de estos procesos, ya que se considera que los principales factores del desarrollo están en el mismo territorio, y el éxito de la estrategia consiste en potenciar las capacidades allí existentes. Es un modelo de transformación social que se sustenta en la valorización de los recursos endógenos, a través de la construcción de una mejor articulación entre los sectores e instituciones que dinamizan la vida local.

Es decir, en este enfoque cobran especial importancia las estrategias de articulación institucional público-privada, ya que la implementación de una política de este tipo requiere de la acción combinada de los distintos actores que conforman el territorio. Se visualiza a la colectividad local como una sociedad compleja, construida por grupos sociales e intereses diferentes, pero pasibles de ser articulados en función de un proyecto de cambio que reporte beneficios para todos. En este planteo, son los actores locales los protagonistas del proceso, ya que la interacción y la construcción de instancias de asociación llevará a valorizar las potencialidades de todos los sectores, así como a aprovechar mejor los recursos y oportunidades que ofrece el entorno “ exógeno”.

Dentro de este marco general se ubican varios enfoques diferentes, que divergen principalmente en la identificación del eje articulador del proceso de transformación. El debate que vincula a los distintos enfoques toma cuerpo tanto en el espacio de las ideas como en el más múltiple y diverso ámbito de las acciones, por lo que resulta difícil identificar orientaciones teóricas claras y delimitadas. Por lo tanto, hemos elegido presentar sólo a algunos autores destacados, quienes representan con suficiente autoridad las distintas perspectivas que están en juego.  Esta exposición no pretende abarcar exhaustivamente el espectro de ideas que hoy dan cuerpo al campo del desarrollo local, ya que la diversidad de fuentes y formatos que asumen las elaboraciones sobre este tema requeriría un desarrollo que excede a este artículo.

Presentando entonces las posiciones teórico-estratégicas de manera esquemática, se pueden identificar tres grandes corrientes:
a)         Las propuestas que se engloban en el concepto de desarrollo económico local ponen el énfasis en la función que juega el territorio como factor económico en el marco de la reconversión productiva a escala global. 
b)         El enfoque más socioinstitucional  se preocupa especialmente por el fortalecimiento de la trama de relaciones entre los actores y recursos locales, como sustento institucional del desarrollo local
c)         Las propuestas que hemos agrupado en la categoría  desarrollo desde abajo”, que encuentra en las capacidades de los sectores sociales más desfavorecidos el principal potencial de desarrollo a nivel local.

La perspectiva del desarrollo económico local , enfoque que  conforma hoy el pensamiento hegemónico en este campo, apunta al desarrollo endógeno, definido como “como un proceso de crecimiento y cambio estructural  que mediante la utilización del potencial de desarrollo existente en el territorio, conduce a la mejora del bienestar de la población de una localidad o territorio” (VÁZQUEZ BARQUERO, 1998, p. 3); Este enfoque concentra su intervención en la transformación de la estructura productiva, con el objetivo de adaptar la producción local a los nuevos requerimientos del mercado global . Según esta propuesta , las políticas locales deben orientarse a mejorar la competitividad de la localidad, apoyándose, principalmente,  en la capacidad de innovación que resulta de la interacción entre los distintos agentes económicos e institucionales, lo que permite economías de escala a nivel territorial. Esta interacción es posible gracias a la cercanía geográfica y configura así  el  “entorno innovador” , concepto que incluye no sólo a las empresas o a los centros científico-tecnológicos, sino también a las instituciones públicas, al capital humano y a otras organizaciones que actúen como agentes del desarrollo territorial. Estos planteos consideran que la actual dinámica globalizada del mercado mundial ofrece nuevas oportunidades de desarrollo para aquellos territorios que encaren de esta manera la modernización de la estructura económica de la localidad.

Citando  a uno de sus principales exponentes, puede concluirse que el  desarrollo local involucra tres dimensiones: “una económica, caracterizada por un sistema de producción que permite a los empresarios locales usar eficientemente los factores productivos, generar economías de escala y aumentar la productividad a niveles que permiten mejorar la competitividad de los mercados; una sociocultural, en el que el sistema de relaciones económicas y sociales,  las instituciones locales  y los valores sirven de base al proceso de desarrollo; y una política y administrativa, en que las iniciativas locales crean un entorno local favorable a la producción e impulsan el desarrollo sostenible” (VAZQUEZ BARQUERO, 1998, p. 5).

Este modelo , diseñado a partir de experiencias exitosas que tuvieron lugar fundamentalmente en ciudades europeas, tiene el mérito de poner en evidencia la relevancia de los factores endógenos y de la dinámica territorial en los procesos de desarrollo. Pero la “puesta en acción” de las potencialidades del ámbito local, suponen un determinado, y previo, nivel de consolidación de los actores locales comprometidos con su entorno territorial,  ya que esta trama constituye el “entorno” o “mileu” sobre la cual se asienta la dinámica de vinculación entre los actores económicos, la producción de conocimiento y las instituciones locales. Este supuesto dificilmente se cumpla en regiones y localidades de escaso desarrollo,  puesto que la característica central de estos lugares es su dependencia de centros económicos más poderosos y, por lo tanto, la debilidad de los actores del territorio en tanto agentes  locales. En este sentido, el enfoque economicista de este modelo no toma en cuenta los procesos previos de constitución de dichos actores y de la trama institucional que permiten construir ese “ámbito local”  que otorga sentido a las acciones de los actores involucrados.

Otra es la perspectiva que llamamos “ socioinstitucional” , donde se pueden encuadrar los enfoques que ponen el acento en las condiciones sociales e institucionales del desarrollo local, distinguiéndose así  de la orientación más centrada en los procesos económicos. En esta postura se destaca el pensamiento de Boisier,  para quien a clave del desarrollo territorial está en la “existencia, nivel y articulación de los factores del desarrollo... La cuestión central pareciera residir en la maximización del potenciamiento de cada factor y, sobre todo, en el logro de una articulación sólida e inteligente, es decir, con una orientación claramente establecida.” (BOISIER, 1999 p. 72). La última condición, referida a la orientación del proceso, es para Boisier un aspecto fundamental, puesto que es el proyecto político lo que da sentido a esta articulación.

Es decir, la dinámica del desarrollo se fundamenta en la reproducción constante del “capital sinérgico”, concepto que hace referencia a la capacidad de una sociedad local para articular provechosamente, y así valorizar,  sus recursos endógenos. Puesto que esta perspectiva pretende superar el enfoque economicista, la lista de recursos o “formas de capital” que puede detentar un territorio incluye recursos tanto materiales como intangibles, a saber: capital natural , económico , cognitivo, simbólico, cultural, institucional, psicosocial, social, cívico y  humano.

El aporte principal de este enfoque radica, por lo tanto, en la relevancia que otorga al proyecto político , a la voluntad organizada de una sociedad para valorizar y aprovechar sus capacidades. Capacidades que no son sólo recursos naturales o disponibilidad de infraestructura, sino que dependen , en buena medida, de factores socioinstitucionales y culturales . Esto es, transmite una perspectiva eminentemente política del proceso, en el sentido de destacar el papel de los sujetos del desarrollo, responsables de amalgamar los recursos disponibles en un movimiento constructivo y acumulativo, lo que este autor llama “capital sinérgico” . En sus palabras: “ el territorio (organizado) ha de ser objeto de un proceso de construcción social y política que lo transforme en sujeto”, (BOISIER, 1999) donde se desprende que este proceso de transformación debe ser un movimiento voluntario, liderado por actores sociales locales comprometidos con este proyecto.

Si bien esta propuesta se interesa por los procesos de constitución de los actores, la formulación de esta preocupación está limitada a una exposición prescriptiva, donde se hace referencia a la multidimensionalidad del “capital sinérgico” , pero no se proponen instrumentos de análisis de esta base estructural del desarrollo. Es decir, también en este planteo se da por supuesto un umbral mínimo de desarrollo institucional.

Una respuesta a este vacío puede hallarse en los textos del CLAEH, de Uruguay.  En particular Marsiglia y Pintos se interesan por la dimensión institucional del desarrollo local, analizando “la construcción de ámbitos de encuentro, intercambio horizontal y concertación de intereses entre actores“ e identificando “los contextos institucionales que los favorecen”  (MARSIGLIA y PINTOS, 1997 p.94). El nivel de institucionalidad existente en un territorio se determina por la cantidad y actividad de las instituciones de la región, el grado de articulación interinstitucional e intersectorial y el compromiso de las organizaciones con el desarrollo local. Estas variables permiten caracterizar a los territorios de acuerdo a su grado de dinamismo, e identificar las líneas de acción prioritarias para cada uno.

Desde este punto de vista, la existencia de actores capaces de promover el desarrollo local no es un supuesto ya dado sino un factor más en la consolidación de la trama socioinstitucional del territorio, que condiciona fuertemente las estrategias pasibles de ser implementadas.

Este tipo de teorías abren la posibilidad de pensar los procesos históricos de articulación  socioinstitucional propios de cada realidad territorial. A diferencia de los modelos originados en las experiencias europeas, de orientación fuertemente economicista , estas elaboraciones enfrentan la cuestión de los sujetos del desarrollo como una potencialidad más, no como un factor ya dado. Es decir, se interrogan por la capacidad política e institucional de una sociedad local determinada para protagonizar un proceso de desarrollo local , punto de partida que se distancia de la orientación modelística del pensamiento hegemónico en este campo, que sólo toma en cuenta el “stock” de recursos disponibles en una localidad, dando por sentado que existe un mecanismo automático de vinculación, que no requiere de decisión política.

La aplicación  de estas elaboraciones a contextos como el latinoamericano pone en evidencia, algunos vacíos conceptuales o cuestiones que requerirían un tratamiento más profundo. Tanto la perspectiva del desarrollo endógeno como la socioinstitucional parecen imaginar sociedades relativamente igualitarias, donde la confrontación de intereses sectoriales y el conflicto social pueden encarrilarse en un camino de acuerdos sinérgicos que beneficien a todos los sectores de la sociedad local. De más está fundamentar que la realidad socioeconómica de las regiones y países en crisis, como la Argentina, está lejos de facilitar el éxito de los mecanismos asociativos propuestos, ya que la falta de perspectivas de crecimiento y el empeoramiento de la situación social de los sectores empobrecidos agudiza día a día la conflictividad social. Esta constatación pone de manifiesto que es necesario incorporar en el análisis la característica profundamente desigual de la estructura social de estos países,  lo que a su vez plantea la importancia de considerar con mayor detalle algunas cuestiones de índole económica –referidas al impacto diferencial de las iniciativas de promoción de la actividad productiva-  así como otras de carácter político – relativas a los procesos de constitución de los actores/sujeto de los procesos de desarrollo y su peso relativo en los espacios de negociación.

El tercer enfoque que interesa presentar  presta más atención a este último nudo teórico-estratégico. En la perspectiva que denominamos “ desarrollo desde abajo  incluimos a un conjunto de elaboraciones que señalan que el punto de partida de los procesos de desarrollo local radica en el fortalecimiento del sector más empobrecido o débil de la sociedad local, puesto que ésta es la población que da vida y sostiene intereses más claramente locales.  Es decir, si el objetivo es impulsar las potencialidades locales, el desarrollo es un proceso que debe comenzar por “abajo”.

Enmarcado en este enfoque, José Luis Coraggio postula que una política de desarrollo local debería orientarse a apoyar las actividades productivas populares que no están necesariamente vinculadas al mercado,  el sector de actividad que incluye “el conjunto de recursos, prácticas y relaciones económicas que realizan las ...unidades domésticas, orientadas primordialmente a la reproducción de sus miembros y que dependen fundamentalmente de la capacidad de trabajo de éstos” (CORAGGIO, 1998 p.12). La “economía popular”  es uno de los tres subsistemas de la estructura económica local, que estaría conformada por la economía de mercado , la economía pública y la economía popular o del trabajo. Este último subsistema de actividades productivas se apoya sobre una densa trama de relaciones entre individuos , grupos y familias, por lo que se debe tomar en cuenta también la red de circulación que se produce al interior de este sector, así como los circuitos que vinculan a los tres subsistemas . La intervención sobre la economía de un territorio debería tomar en consideración los distintos sectores de la actividad económica, los arreglos institucionales más o menos formalizados que regulan este campo,  y los variados actores que animan este diverso conjunto.

Puesto que este segmento es  “una configuración de recursos, agentes y relaciones aún no constituida(CORAGGIO, 1998 p.14) la promoción de la economía local no sólo implicaría acciones orientadas a incrementar la productividad de la economía popular, sino que también debería proponerse potenciar la articulación entre los tres subsistemas. Ello implicaría actuar sobre otros aspectos de la vida social local que dan sentido a la actividad económica, como la identidad cultural, la relación entre el Estado y la sociedad civil , el acceso de la población a la educación y a la producción y el consumo cultural, entre otros. Es decir, debería plantearse apoyar la constitución de los agentes locales como sujetos del proceso, a la vez que actuar sobre las instituciones que regulan la vida social y económica local.

Los aportes de esta formulación merecen ser valorados por varias razones. Por un lado, se asienta en una consideración más realista de las estructuras económicas locales que toma en cuenta el inequitativo acceso a recursos e ingresos, pero recuperando el potencial  transformador de esta brecha; develando la ilusión de armonía social que pueden sugerir otros enfoques, pero transformando la heterogeneidad en un recurso para su superación. Por otro lado, esta propuesta manifiesta una percepción más rica de la vida económica, al sostener que la expansión de la actividad productiva implica cambios en estructuras, relaciones e instituciones no estrictamente económicos.

Sin embargo, esta perspectiva, así como otras propuestas que tienen su origen en la filosofía del “desarrollo a escala humana “ [2] dejan abierto el interrogante acerca de las condiciones de viabilidad de su implementación en una escala que garantice impacto y sostenibilidad. En su contenido propositivo no se profundiza acerca de cómo deberían transformarse las estructuras económicas locales o regionales de modo de consolidar el desarrollo del sector de la economía popular en una escala que supere el nivel de las experiencias piloto.

En síntesis, como decíamos previamente, estas conceptualizaciones pueden dar cuenta de las orientaciones fundamentales que abren el debate intelectual en el campo del desarrollo local en la actualidad.  Si bien los tres enfoques coinciden en un punto de partida principal: en la valorización de los recursos y potencialidades locales como palancas del desarrollo,  las divergencias no son menores y se refieren, principalmente, en una distinta lectura respecto de la dinámica y de los componentes principales del proceso.

Esta revisión también deja al descubierto algunos huecos teóricos presentes en todos los enfoques, que merecerían un análisis más profundo. Principalmente, queda pendiente avanzar en una conceptualización más precisa del término “local”, para evitar el riesgo de que la fórmula “desarrollo local”  sea traducida por una suma de palabras : “el desarrollo en una localidad”. Cada uno de los enfoques analizados brinda distintos aportes a esta cuestión, puesto que el modelo del desarrollo económico es el que ubica más claramente la característica endógena del proceso, pero se detiene en una mirada economicista; la perspectiva socioinstitucional capta mejor la dinámica sociopolítica pero se interesa menos por precisar las características de un ámbito local; y la postura del “desarrollo desde abajo”  define lo local en relación con los sectores sociales que lo animan pero tampoco se preocupa por avanzar en definir criterios espaciales.

Es decir, estos enfoques parecen presuponer un territorio previamente construido como ámbito local por sus habitantes, y con un nivel de integración territorial suficiente para delimitar un “adentro” y un “afuera” de ese espacio.



3.         DE LOS MODELOS A LA REALIDAD: PENSANDO DESDE LAS EXPERIENCIAS Y EL TERRITORIO

3.1.    Condiciones socioterritoriales del AMBA y sus interrogantes

Nuestro interés en reflexionar más detenidamente en torno a estos supuestos se relaciona con  los interrogantes que plantea la realidad cuando se intenta llevar a la práctica estos modelos. Los enfoques hasta aquí presentados constituyen, como ya se anunció,  una muestra –con ciertas aspiraciones de representatividad- del debate teórico vigente hoy en este campo. El encuentro de estas prescripciones con el análisis de las condiciones de implementación de las experiencias de desarrollo local muestra que el pensamiento de los autores arriba analizados opera como un marco conceptual general para la formulación de los proyectos, los que tienden a combinar, cada uno con una fórmula particular, componentes de estas matrices teóricas. No existen experiencias “puras” de uno u otro enfoque, antes bien se identifican proyectos influenciados con mayor o menos peso por alguna perspectiva particular.

Como suele suceder cuando se “bajan” los modelos a su implementación fáctica, la realidad impone condiciones que desdibujan y reconfiguran los preceptos teóricos indicados por los modelos conceptuales. Por ello, nos interesa profundizar en esta discusión con una mirada situada en las experiencias concretas, que se desarrollan en el marco de condiciones socioterritoriales particulares.

Por lo tanto, los párrafos siguientes están dedicados a presentar y revisar algunas experiencias de promoción del desarrollo local que están teniendo lugar en la actualidad, cuya riqueza permite poner en relación el contenidos y sentido de sus acciones con los principales postulados de las elaboraciones teóricas antes presentadas.

Estos procesos se sitúan, todos, en el Area Metropolitana de Buenos Aires, una localización territorial que imprime rasgos particulares a su desarrollo, ya que supone condiciones socioterritoriales que se diferencian notablemente del modelo ideal de “entorno local” que suponen la mayoría de los enfoques teóricos vigentes en este campo.

El Area Metropolitana de Buenos Aires ( AMBA) es una gran mancha urbana, donde habitan más de 11.000.000 de personas, conformada por la Ciudad de Buenos Aires- ciudad capital y centro económico del país- y 24 municipios – denominados también “partidos” - que forman parte de otra jurisdicción: la Provincia de Buenos Aires. Esta enorme aglomeración reúne las características fundamentales que configuran a las ciudades metropolitanas: además de su extensión y cantidad de población, ..” un área metropolitana vincula las actividades en ella asentadas en razón de sus nexos funcionales y no por su cercanía o contigüidad territorial”. Esto es, la base de sustentación de las actividades, las relaciones, las instituciones de las áreas metropolitanas no se construye tanto sobre la proximidad espacial , sino principalmente en función de “ relaciones complementarias entre las actividades y funciones que, en razón de la lógica de cada una, se encuentran asentadas en diferentes lugares del área” ( PIREZ, 2001 p.261)

Esta configuración plantea, en primer lugar, serias dificultades para la identificación o construcción del  territorio local, el espacio geográfico y social que da sentido a la impronta endógena que suponen, y proponen, los modelos formales de desarrollo local.

Para clarificar esta distancia entre la prescripción teórica y la realidad empírica del AMBA, es necesario discriminar los distintos criterios sobre los que se apoya la definición del adjetivo local , que, como advierte Vapñarsky  (1996) depende del punto de vista de quien lo enuncia. La formulación social, identifica a la comunidad local con un ámbito de interacciones cotidianas,  un espacio donde las personas que lo habitan se encuentran diariamente. Es evidente que un área metropolitana supera con creces esos límites, por lo que en espacios geográficos de estas dimensiones y con este grado de complejidad , la definición habitual de “local” queda sumamente desdibujada. La propia diversidad interna de un área  metropolitana permite configurar varios “ámbitos locales”, que cubren distintos territorios de acuerdo a la actividad que sustente esas interacciones.

Por ejemplo, la cobertura territorial del mercado de trabajo del AMBA abarca la totalidad de la ciudad metropolitana , por lo que podría hablarse de un vasto ámbito local en lo referente a los intercambios laborales. La referencia espacial de las interacciones que sostienen la institucionalidad del gobierno local, que implican dimensiones políticas y de gestión, está constituida por los territorios más acotados, los que se enmarcan en los límites municipales. Así, un habitante de un municipio periférico puede construir un “ entorno local”  para las actividades que tienen lugar en la barrio – el encuentro con vecinos, la escuela de sus hijos, las compras pequeñas-; otro entorno para su vida laboral – que quizás sucede a 30 km. de su hogar-; otro límite para las intervenciones de índole política – representado por el municipio, que en el conurbano bonaerense puede albergar a  más de un millón de personas; e incluso uno más extenso cuando se plantea la cuestión de la identidad cultural, que en esta población recientemente llegada a Buenos Aires puede estar estrechamente vinculada a su región de origen. Así, en el AMBA la delimitación del espacio local no constituye un dato obvio de la realidad, o un acuerdo tácito entre todos sectores de la sociedad local – como sucede habitualmente en las localidades pequeñas o medianas- sino más bien el resultado de distintos mapas individuales o sectoriales construidos sobre la base de actividades, referencias significativas e historias disímiles.

Otro punto de vista señalado por Vapñarsky alude al criterio jurídico-político: la jurisdicción territorial del gobierno local, que habitualmente se identifica con el municipio. Esto es, se tiende a identificar a una ciudad con el espacio geográfico de incumbencia del gobierno municipal. Esta definición resulta inadecuada para la realidad del AMBA por dos razones. Por un lado,  la ciudad metropolitana supera, y prácticamente desconoce , los límites de la jurisdicción territorial municipal, fenómeno que se distingue con la simple observación del mapa político de la región.
Por otro lado, muchas de las cuestiones que aparecerían como atribuciones propias de un gobierno local , en el AMBA son ámbitos de incumbencia del gobierno provincial o nacional, con atribuciones compartimentarizadas  y a veces superpuestas. Ejemplos clásicos de esta superposición de atribuciones en torno a una sola problemática son la gestión pública de la salud – donde conviven efectores municipales, provinciales ofreciendo sus servicios sin ninguna coordinación interna- o el manejo del transporte metropolitano , donde diferentes tramos o medios de transporte son controlados por órganos de gobierno no comunicados entre sí (KRALICH, 2002)

El tercer criterio para definir un asentamiento se refiere al aspecto físico material, que concibe a la ciudad como aglomeración, como espacio urbano. Desde este punto de vista, resulta evidente que la enorme extensión del AMBA junto con la relativa inexistencia de barreras físico naturales o construidas que distingan o separen a las localidades que componen esta gran aglomeración, no da lugar a la conformación de espacios locales con fronteras claramente delimitadas.

En síntesis, la configuración institucional, social y territorial del AMBA no se ajusta a las características que los textos sobre desarrollo local dan por supuestos como condiciones propias de los “entornos locales”  que constituyen la base de sustentación de estos modelos.

Por lo tanto, las experiencias que nos proponemos analizar en este artículo son todas iniciativas de desarrollo local que deben comenzar por construir una perspectiva común y por  delimitar operativamente el espacio de actuación que constituye el ámbito local de referencia de las acciones, las fronteras que distinguen el “adentro” – idea que permite entonces hablar de recursos y procesos endógenos- del “afuera”  - ámbito de referencia de las influencias llamadas exógenas.

En segundo lugar, resulta sumamente pertinente profundizar en la brecha teórica que separa a estos enfoques en cuanto a los sectores de actividad que deberían considerarse como las palancas del desarrollo: el enfoque del desarrollo económico local se interesa principalmente por las redes empresarias y las instituciones públicas que deberían promover su desarrollo, mientras que el modelo del “desarrollo desde abajo”  enfoca su atención a la expansión de la economía popular. Esta diferencia abre un interesante campo de redefinición de los supuestos del modelo al momento de su aplicación en sociedades marcadas por la declinación de la actividad económica formal, y donde la supervivencia cotidiana de la población se sostiene fundamentalmente por la economía estatal y la producción para el autoconsumo.

La historia social y económica del AMBA expresa las tendencias fundamentales del desarrollo económico de la Argentina, sobre todo si se lo observa desde el punto de vista del empleo: partiendo de una fuerte tradición agropecuaria, la actividad se fue orientado hacia la producción industrial a partir de la década del 30, predominio que se fue debilitando para dar lugar al crecimiento del sector servicios a partir de la década del ´70. Así, el pico en la ocupación industrial en el país corresponde a principios de la década del ´70 , y desde ese momento a la actualidad esta cifra viene decreciendo (BORELLO, coord. 2000 p.25).

Este indicador refleja la magnitud del proceso de crisis económica y reconversión estructural que marca la realidad de la Argentina en las últimas décadas, cuyos principales efectos son el estancamiento de la actividad económica y el consiguiente crecimiento del desempleo y de la pobreza. Estas condiciones, que asumen un impacto particular en el AMBA, dada su tradición de centro industrial, plantean serios interrogantes al modelo teórico de desarrollo económico local, que otorga tanta importancia a la potencialidad del sector productivo.

Por otro lado, el análisis de los cambios en la estructura productiva y la organización regional del sector industrial en el AMBA, dan cuenta de tres tendencias particulares que impactan en las condiciones de partida para los procesos de desarrollo local: una progresiva reducción en el tamaño de las firmas , dando lugar a un crecimiento relativo de microempresas; un proceso de redistribución espacial al interior de la región caracterizado por la mayor expansión de la actividad en la ciudad de Buenos Aires frente al estancamiento o achicamiento de la producción en los municipios del conurbano boanerense; y una escasa presencia de encadenamientos comerciales, institucionales y tecnológicos. ( BORELLO, FRITZSCHE y  VIO, 2002)

Como resultante de estos procesos puede vislumbrarse, en el AMBA en general, y en el conurbano bonaerense en particular, una estructura económica marcada por la escasa presencia de empresas competitivas y modernas, frente a la creciente participación de pequeños y micro emprendimientos , de reducida productividad, que operan en muchos casos como única fuente de empleo para la población de la zona.

Como se decía previamente, los indicadores de desempleo y subempleo reflejan con nitidez la gravedad de la situación: cerca del 40% de la población del conurbano bonaerense enfrenta problemas de empleo , factor determinante –junto con los bajos salarios que reciben quienes forman parte de la mano de obra ocupada- del fuerte deterioro en las condiciones sociales, ya que más del 50% de los habitantes de esta región se encuentra en situación de pobreza. Una proporción importante de la población desocupada sobrevive gracias a los subsidios de los programas asistenciales nacionales: el Plan Jefes y Jefas de Hogar cuenta hoy con 800.000 beneficiarios en el conurbano bonaerense, mientras que una proporción importante – aunque aún no  cuantificada – de la población subsiste gracias a actividades productivas de subsistencia o a los servicios comunitarios.

En tercer lugar, la aplicación de estos modelos de transformación endógena de la estructura social y económica plantea un conjunto de interrogantes acerca de los sujetos que encarnarían estos procesos. En particular, la traducción de este paradigma a estrategias de acción aplicables en territorios locales con condiciones diferentes a las que marcaron el nacimiento del modelo de desarrollo local, debería comenzar por interrogarse acerca del grado de consolidación y la fortaleza de la trama socioinstitucional local.

El concepto de trama socioinstitucional se refiere al tejido de organizaciones públicas, privadas y sociales que movilizan a una sociedad, en este caso definida territorialmente. El grado de dinamismo y la potencialidad de cambio de una comunidad depende, en buena medida, de la densidad y fortaleza de esa trama, de la riqueza de las interacciones que se establecen entre las organizaciones  –lo que se traduce en la capacidad de la negociación de sus intereses- y de las normas, acuerdos y valores que organizan y dan sentido al conjunto de vínculos. 

Uno de los componentes fundamentales de este tejido de lazos socioinstitucionales  a considerar en los procesos de desarrollo local es la relación entre la sociedad civil y el Estado local o regional. La naturaleza de la interacción entre las instituciones estatales y las organizaciones sociales y económicas constituye un eje principal para la consideración de los actores del desarrollo local, puesto que es el sustrato de una política de articulación intersectorial que pretenda producir un impacto territorial remarcable.

Como señalábamos antes, la organización político-institucional del AMBA da como resultado ámbitos de gestión que no coinciden con los espacios de organización de las demandas ni de construcción de formas de representación política. ( PIREZ, 2001). Esta configuración político-institucional, que tiende a autonomizar el ámbito de legitimación de la representación política del ámbito de gobierno y gestión de las cuestiones que movilizan a la sociedad en el nivel local, ha tendido a debilitar la capacidad institucional de los gobiernos locales, y brinda las condiciones de posibilidad para el predominio de los vínculos clientelares o particularistas por sobre los canales de participación ciudadana pública y política. (CORMICK, 1997)

Este entorno sociopolítico no favorece el desarrollo canales de representación política que organicen a la sociedad civil en torno a un “ámbito público local” donde tenga lugar un debate abierto acerca del proyecto político de desarrollo. Los actores con mayor incidencia en la dinámica sociopolítica local son las organizaciones sociales de base territorial, asociaciones de vecinos de los barrios surgidas, en su mayoría, con el fin de encontrar caminos que mejoren las difíciles condiciones de vida que enfrentan estos sectores. Con estos objetivos, estas asociaciones – en su mayoría- operan sobre un espacio estrictamente barrial, y las variadas instancias de articulación se basan en el trabajo conjunto en torno a actividades puntuales y de corta duración.. En estos lazos participa también el Estado local y provincial, tanto como “centro” de formulación y financiamiento de proyectos cuya implementación está a cargo de las organizaciones locales así como destinatario de reclamos y movilizaciones referidas a cuestiones de infraestructura urbana. ( ROFMAN. 2002). Esta orientación ha comenzado a ampliarse en estos últimos años, ya que algunas organizaciones están convergiendo con movimientos de protesta – los “piqueteros” – que manifiestan en la escena pública nacional una posición nítidamente política. ( QUINTAR y CALLELO, 2002)

En conclusión, puede afirmarse la trama socioinstitucional de esta región se caracteriza por la fragmentación del tejido socio organizativo y la poca capacidad institucional del sistema político para liderar procesos de articulación de intereses locales. Se ha avanzado poco en la construcción de un ámbito público local, en buena medida por el tono particularista de las relaciones entre el Estado y la sociedad civil, y por la escasa identificación cultural de la sociedad con el territorio local. Este escenario se aleja mucho del que describen los textos y autores más difundidos en el campo del desarrollo local, en los que, con mayor o menor grado, se da por hecho la existencia de actores locales activos y comprometidos, capaces de liderar los procesos de articulación que el modelo propone.

En síntesis, las condiciones socioterritoriales hasta aquí descriptas dan cuenta de una realidad propia de un gran ciudad metropolitana afectada por las consecuencias de la crisis no sólo en su dimensión económica, sino también en el plano político y socioinstitucional.

Por lo tanto, este intento de revisión de los modelos de desarrollo local a la luz de algunas experiencias actualmente en marcha en el área metropolitana de Buenos Aires, puede traducirse en los siguientes interrogantes:

·     Cómo se vinculan los modelos teóricos con las experiencias efectivas?
El análisis de los casos a la luz de las orientaciones prescriptas por los modelos lleva a indagar en torno a los condicionamientos que impone una realidad metropolitana y un momento histórico marcado por la crisis socioeconómica y llama la atención sobre la necesidad de reformular estos modelos de incorporar estas condiciones.

·     Cómo se define el territorio “local” en un área metropolitana, en las distintas acciones de promoción del desarrollo local analizadas?
Este interrogante se refiere a las condiciones socioterritoriales que permiten construir un ámbito local  en un área metropolitana desde donde sea posible formular un proyecto de desarrollo desde la sociedad local.

·     Qué sectores o actividades pueden constituirse en la base de sustentación de los procesos de desarrollo o de mejora en las condiciones de vida de la población, en condiciones de creciente desempleo y pobreza?
Los modelos teóricos insisten en jerarquizar el papel de las redes empresariales y las instituciones locales, como pivotes de una alianza estratégica sobre la cual sustentar el proceso de desarrollo. Frente a este postulado, cabe preguntarse por una estrategia diferente, ya que  las capacidades, recursos e instituciones con que cuenta actualmente la sociedad local en el conurbano están predominantemente incluidas en el sector de la economía popular y relativamente distantes de los circuitos de la economía formal .

·     Qué actores locales  pueden convertirse en sujetos de los procesos de desarrollo, en regiones marcadas por la fragmentación de la trama socioinstitucional y la escasa capacidad institucional de los gobiernos locales? Este interrogante se enmarca en un cuestionamiento más general, referido a cómo incide el nivel de desarrollo institucional de una sociedad en sus posibilidades de avanzar  en procesos de desarrollo local


3.2.    Revisión de las experiencias

Hemos seleccionado, para este análisis, tres experiencias de promoción del desarrollo local que tienen lugar actualmente en el noroeste del AMBA:
·     El Programa de Desarrollo Local de la Universidad Nacional de Gral. Sarmiento, como experiencia promovida por una institución académica
·     Las políticas municipales de desarrollo local de la Municipalidad de Moreno, en tanto medidas formuladas desde el estado local
·     El proyecto “ Aguante la Cultura” , impulsado por una red de organizaciones comunitarias y culturales  nucledas en la red “ Desde los barrios”,

La revisión de estas experiencias no se propone como un estudio de casos orientado a sistematizar estrategias replicables, ni está enfocado a estudiar sus resultados o su impacto en la estructura social o las condiciones de vida de la población local. El propósito es apelar a las experiencias para extraer algunas referencias empíricas de posibles respuestas a las preguntas arriba formuladas, como forma de “situar” la reflexión sobre los modelos teóricos en una perspectiva que se apoye en los procesos realmente existentes.


a.  EL Programa de Desarrollo Local de la Universidad Nacional de Gral. Sarmiento

El Programa de Desarrollo Local ( PDL) de la Universidad Nacional de Gral. Sarmiento (UNGS) se inició en 1998. La UNGS , una universidad creada en 1993, está localizada en el noroeste del área metropolitana de Buenos Aires Esta Universidad tiene sus sedes en San Miguel y en Malvinas Argentinas, y su área de influencia cubre total o parcialmente un amplio espacio que abarca varios municipios del conurbano: Tigre, Malvinas Argentinas, San Miguel, José C. Paz, Moreno, Hurlingham, Morón, Merlo , Pilar y Escobar.

Los objetivos generales de este Programa giran en torno a instalar en la agenda pública local la perspectiva del desarrollo local como modelo alternativo de desarrollo. En el documento base se establecen los propósitos de “ contribuir a fortalecer la capacidad de las instituciones y  los agentes estatales y no gubernamentales locales para promover un proceso de desarrollo local en la región”  y así “facilitar el surgimiento y consolidación de alianzas entre los actores locales que sirvan de base para promover y sostener iniciativas de acción  orientadas a producir cambios positivos en las condiciones de vida de la población de la zona.” En tercer lugar, se postula el objetivo de “ generar modelos institucionales ... sistematizando experiencias que permitan proveer un marco de referencia para otros procesos de desarrollo institucional para el desarrollo local”

Las estrategias generales del Programa se ordenan en torno a dos grandes orientaciones : incidir en la ampliación del espacio público local de modo de incorporar la visión del desarrollo local y fortalecer la trama socionstitucional de la zona.  En este marco, las primeras acciones apuntaron a difundir la perspectiva del desarrollo local en el debate público local y a instalar a la UNGS como un actor institucional comprometido con esta orientación estratégica. Las actividades implementadas durante los primeros años consistieron en Encuentros, Jornadas, Talleres de capacitación y publicaciones referidas a la problemática de la zona, así como algunas asistencias técnicas que respondían a la demanda de actores locales, principalmente municipios. Sobre esta base fue posible iniciar un segundo momento en la implementación del PDL , cuando sin abandonar la labor de divulgación , la metodología de trabajo del Programa se orientó más claramente hacia el desarrollo de proyectos de intervención social gestionados asociativamente con otros actores locales.

Sintéticamente, las líneas de trabajo desarrolladas por el Programa han sido las siguientes:

Capacitación / divulgación sobre los distintas temáticas involucradas en el desarrollo local de esta región:

·              Encuentros y talleres de capacitación, edición de publicaciones y videos
·              Ciclo de actualización sobre Comunicación y Desarrollo Local
·              Curso de Posgrado sobre Desarrollo Local en Áreas Metropolitanas
·              Banco de experiencias locales  (en cooperación con la Universidad Nacional de Quilmes)

Fortalecimiento institucional de las organizaciones locales
·              Fortalecimiento institucional de las organizaciones sociales : Talleres de capacitación, estudios y publicaciones
·              La escuela como agente del desarrollo local: apoyo técnico para la formulación de proyectos de desarrollo local en escuelas de la región
·              Fortalecimiento de Cámaras empresariales locales
·              Gestión local del hábitat: encuentros periódicos con instituciones estatales y no gubernamentales involucradas en este campo.
·              Asistencias técnicas a instituciones estatales y organizaciones sociales locales

Fortalecimiento de la identidad cultural local
·              Talleres culturales y artísticos en los barrios
·              Capacitación y reflexión sobre gestión cultural
·              Difusión de la producción artísticas y culturales locales, a través de videos y catálogos.
·              Valorización del patrimonio cultural local

Promoción de los derechos sociales y ciudadanos

·              Servicio de asesoramiento jurídico gratuito


Promoción de iniciativas de desarrollo local a nivel barrial
·              Prevención comunitaria de la salud, en dos barrios de José C. Paz
·              Articulación de actores a nivel barrial, en un barrio de San Miguel.

El modelo establecido de cogestión de estos proyectos con organizaciones e instituciones de la zona involucró a un conjunto de actores locales en la implementación del Programa, y dio lugar al desarrollo de una red de vinculaciones estrechas en las que participan algunos gobiernos municipales , asociaciones profesionales ( de abogados y de médicos), cámaras empresarias, escuelas, organizaciones comunitarias y centros culturales.

Como puede advertirse en esta somera enumeración, las distintas líneas de trabajo abarcan un amplio abanico de cuestiones y campos de intervención, cuya cobertura y localización territorial varía de acuerdo a la actividad. Esta diversidad es el resultado de la opción por una metodología de intervención que jerarquiza, ante todo , la posibilidad de construir espacios de gestión conjunta con otros actores locales. Es decir, la selección de los objetivos de los proyectos no se apoyó principalmente en un diagnóstico previo acerca de los problemas centrales de la zona, sino que el espectro de cuestiones abordadas se fue armando en función de los intereses y orientaciones de los actores locales interesados en involucrarse en el Programa. Así, no se identificó a un sector o campo de actividad como eje  articulador sobre el cual apoyar la construcción de articulaciones , sino que la selección de cuestiones sobre las cual operar se impuso como producto de las propuestas de las organizaciones locales.

Siguiendo estas orientaciones, cada uno de los proyectos y de las líneas de trabajo implementadas abarcan áreas geográficas diferentes, dependiendo, en buena medida, de la localización y de la cobertura de las problemáticas involucradas y de las instituciones comprometidas en la gestión de las actividades. Este enfoque adopta definiciones diferentes de lo “local”,  según la trama de organizaciones que participan en las acciones. Así, algunas líneas de trabajo delimitan un ámbito local que coincide con los límites del barrio, otras operan a nivel de microrregiones (los tres ex -municipios que constituían Gral . Sarmiento: San Miguel, José C. Paz y Malvinas Argentinas; o zona de cobertura de las Cámaras empresariales locales participantes) , mientras que otras acciones – como las reuniones de Gestión local del hábitat- se refieren al conjunto del área metropolitana.

A partir de un análisis de la realidad social de la zona que pone de relieve la necesidad de encarar la tarea de construcción de las condiciones socioinstitucionales sobre las cuales puedan apoyarse las iniciativas de cambio, el PDL orientó su planificación en función de la creación y consolidación de vínculos entre actores y organizaciones  apuntando así a fortalecer la trama socio institucional local. De esta manera se encarnó la decisión de comenzar por apoyar la constitución de los sujetos del desarrollo local, apelando a la estrategia de cogestión de proyectos como mecanismo de construcción de estos actores locales.

En síntesis, las estrategias puestas en acción por este Programa tomaron en cuenta que la construcción de un espacio local y de los sujetos del desarrollo , constituyen procesos eminentemente políticos, que se expresan en la elaboración colectiva de una imagen compartida respecto de los límites del espacio propio, y , por lo tanto, tienen mucho que ver con la implantación territorial de las organizaciones e instituciones que forman parte de la trama socioinstitucional que sustenta los proyectos.  Esta modalidad de trabajo se distingue claramente de las metodologías que proponen los manuales de desarrollo económico local, ya que se ponen en cuestión los postulados que jerarquizan la estrategia de articulación de las instituciones públicas y privadas  con vistas a potenciar la productividad de la economía formal de la localidad.

Esta orientación metodológica, más “descentrada” y “constructivista” que la formulada en los modelos hegemónicos,  permite recuperar mejor la riqueza y la complejidad que marcan hoy al conurbano bonaerense. Sin embargo, plantea algunos interrogantes acerca del impacto de sus intervenciones en el plano del desarrollo de la actividad económica y el mejoramiento de la situación social, cuestiones que- como se señalara previamente- constituyen la problemática  central en la determinación de las condiciones actuales de la región.

Por otro lado, la característica institucional de la organización promotora de este Programa, una universidad de reciente creación, contribuye a acentuar esta debilidad, dada la naturaleza misma de su rol académico. La misión de una casa de estudios superiores está principalmente centrada en la producción y transferencia de conocimiento, aporte que resulta clave para promover la dinámica del desarrollo, pero que no implica recursos y atribuciones suficientes como para poner en marcha políticas de promoción económica y social con impacto suficiente en la crítica situación actual.


b. Las políticas de desarrollo local del Municipio de Moreno

El partido de Moreno está localizado en el extremo oeste del conurbano bonaerense. Mayoritariamente urbano, constituye uno de los municipios más poblados del conurbano bonaerense. En sus 180 km2  de extensión habitan 380.000 personas , y sus indicadores sociales y económicos se encuentran entre los más graves del conurbano.

Las políticas municipales de Moreno se han caracterizado por un modelo de gestión innovador, sustentadas en el Plan Estratégico Municipal elaborado en 1995, cuyo objetivo era promover la participación e integración territorial del partido. Para ello, la formulación de políticas se estructuró sobre ejes transversales de gestión intersectorial, y se pusieron en marcha programas orientados a desarrollar la actividad económica local utilizando recursos propios y aportes provenientes de las políticas sociales nacionales y provinciales.

Además de la formulación de programas transversales entre las distintas secretarías, han producido reformas institucionales que dieron lugar a la reconversión de la Secretaría de Desarrollo Social y Productivo en Secretaría de Desarrollo Local, y la creación del Instituto de Desarrollo Urbano y Regional y del Instituto Municipal de Desarrollo Local , dos organismos descentralizados cuya misión es promover proyectos de desarrollo urbano y económico local.

La Secretaría de Desarrollo Local  trabaja conjuntamente con el Instituto de Desarrollo Empresarial Bonaerense ( una asociación civil conformada por representantes del gobierno municipal y las cámaras empresariales de pequeños, medianos y microempresarios) en la promoción integral de la actividad productiva local. En esa línea sus acciones han estado fundamentalmente orientadas a apoyar las actividades de la economía popular local, ofreciendo apoyo técnico para el mejor aprovechamiento de los programas nacionales y provinciales de autoempleo, favoreciendo el acceso de estos pequeños y micro empresarios a los servicios de apoyo y promoviendo la sanción de algunas normativas que regulen la instalación de grandes supermercados. En estos últimos años, estas acciones han confluido en las siguientes iniciativas:
·     un Banco Social de microcréditos de financiamiento a la microempresa local que ha otorgado 1200 créditos de escaso monto -$300-, destinado principalmente al sector de subsistencia. Sólo se financiaron algunas Pymes del sector floricultor, una actividad de importancia en la localidad, actividad que se realizó en conjunto con el Instituto Municipal de Desarrollo Local ( IMDEL)
·     organización de Foros de desarrollo local en algunos barrios , donde las organizaciones y vecinos del barrio formulan colectivamente el perfil de desarrollo del lugar, y promueven actividades y medidas orientadas a potenciar ese perfil. En algún barrio las actividades confluyeron en la organización de una feria de productores artesanales, donde los pequeños productores venden sus productos, mientras se desarrollan actividades artísticas y culturales. Con esta actividad se busca también revalorizar la identidad cultural de la localidad, y recuperar el espacio público para la población del barrio.
·     puesta en marcha  de  100 Centros de referencia barrial, donde se administra el Programa nacional de Jefes y Jefas de Hogar, un masivo plan social asistencial que otorga subsidios a desocupados requiriendo, como contrapartida,  la participación de los beneficiarios en proyectos sociales o económicos.. Cada uno de estos centros cuenta con promotores de desarrollo local -que acompañan a los beneficiarios en los proyectos que llevan a cabo- y con agentes de salud , quienes son también beneficiarios de este Programa.
·     descentralización y redefinición del sistema de formación profesional municipal , para dar lugar a una sistema instalado en las sociedades de fomento y centros barriales, utilizando recursos de programas provinciales. A partir del año 2002 , los beneficiarios del Programa Jefes y Jefas – que suman  35.000 personas en este municipio- pasan por un Taller de Admisión donde se aplica una encuesta sobre historia y capacidades laborales, información que sirve de base para la implementación de actividades de capacitación.


El Instituto de Desarrollo Urbano y Regional, es un ente descentralizado cuya misión es administrar la tierra pública y los grandes proyectos urbanos con una perspectiva de desarrollo regional. Los programas de este organismo contemplan, entre otras, las siguientes líneas de trabajo:
·     Consolidación urbana: recuperación de tierras en situación de abandono y su adjudicación a entidades intermedias y organizaciones sociales a fin de utilizarlas para actividades productivas o soluciones habitacionales de emergencia, destino que se resuelve en el marco de mesas barriales multiactorales. Para ello, se ha recurrido a la articulación con programas sociales – como el Plan Jefes y Jefas de Hogar- que otorgan subsidios a desocupados a cambio de su inserción en proyectos de este tipo.
·     Programa de gestión de hábitat apoyado en los recursos de los programas sociales nacionales y provinciales; junto con  ONGs con experiencia en hábitat popular, y centros profesionales, están impulsando el desarrollo de iniciativas público-privadas de provisión de agua y saneamiento
·     Regularización dominial : en una zona donde la irregularidad en la propiedad de la tierra es uno de los principales problemas en el campo habitacional, se están implementando procesos de regularización que se tramitan a través de Comisiones Barriales de Tierras
·     Revalorización y recuperación de patrimonio histórico y natural del territorio , lo que implica  el reciclaje de edificios antiguos y la recuperación de la ribera del río para uso público.
·     Acuerdo con otros cinco municipios que conforman geográficamente una región situada en la frontera entre el área metropolitana y la zona rural e incluye algunos puertos de cierta importancia sobre el Río Paraná, con vistas a constituir un consorcio regional .


El otro organismo descentralizado es el Instituto Municipal de Desarrollo Local cuyo fin es impulsar proyectos que promuevan el desarrollo productivo en el sector primario.  El IMDEL trabaja fundamentalmente en el sector de producción florícola y hortícola, actividades de relevancia en un territorio situado en la frontera urbano/rural. En sus viveros se producen árboles para abastecer los paseos públicos, plantines hortícolas para proveer a huertas orgánicas, comunitarias y familiares, y se realizan procesos de compostado y reciclado de recursos naturales. Estas actividades también ocupan a beneficiarios de los programas sociales . Por otro lado, el Instituto brinda apoyo al sector de productores locales en esta área, ofreciendo asistencia integral y promoviendo la consolidación de una asociación de productores locales.

Esta descripción de las principales acciones de promoción del desarrollo económico local que se propone la Municipalidad de Moreno dejan traslucir los resultados de una efectiva preocupación por articular instancias municipales con programas provinciales y nacionales y agencias internacionales en torno a intervenciones apropiadas para las condiciones socioterritoriales del municipio.

    En primer lugar,  el diseño de estas iniciativas suponen una visión muy amplia acerca de los sectores que conforman la estructura productiva local, ya que se incluyen con especial relevancia para el apoyo técnico y financiero, al segmento microempresario y a la economía de subsistencia. En la situación socioeconómica actual de esta región, donde la economía formal ocupa un lugar poco relevante como fuente de empleo, se han privilegiado aquellos sectores con efectiva capacidad de generar trabajo, aún cuando la productividad y competitividad de esos emprendimientos sea mínima. Es decir, desde estas políticas se ha puesto de relieve la importancia del sector de economía popular, como uno de las bases de apoyo para el desarrollo económico local.

A la vez, aparece una importante preocupación por el fortalecimiento de la identidad cultural, tanto en las ferias de artesanos que tienen una escala barrial, como en la línea de proyectos de recuperación del patrimonio histórico, que lleva adelante el IDUAR.

En segundo lugar, los proyectos reseñados apelan a la participación de un amplio abanico de actores, que conjuga en diversas instancias de articulación: mesas de concertación barriales, la conformación del IDEB que incluye sectores empresariales Pyme y micro y representantes municipales, acuerdo con municipios vecinos en función de la construcción de un consorcio regional, entre las más destacadas. Cabría preguntarse, en un análisis más profundo, acerca del grado de consolidación de estas formas de vinculación y respecto de la efectiva incidencia de todos estos actores en la definiciones de política municipal.

En tercer lugar, en este caso la delimitación del ámbito local de intervención ajustado a los límites del municipio aparece, en principio, como un recorte geográfico obvio, que no requiere fundamentación. Sin embargo, esta definición se complejiza cuando el gobierno municipal se propone trabajar en acciones de planificación participativa que requieren  una escala “efectivamente” local, lo que da lugar a intervenciones concentradas en los límites de un barrio. Por otro lado, su situación de municipio “borde” entre la ciudad metropolitana y su entorno rural lo lleva a proponer la construcción de un ámbito de acción más amplio, de índole regional , con otros municipios que comparten esta característica.

 Es decir, la jurisdicción territorial municipal sólo resulta una definición apropiada de “ámbito local” cuando se trata de diseñar las orientaciones generales de políticas de desarrollo local , ya que el momento de la implementación requiere recortar otros espacios geográficos  de intervención.


c. La experiencia de los ¡Aguante la Cultura! impulsada por la red socio cultural Desde los Barrios
 
Los “Aguante la Cultura” constituyen un dispositivo organizativo de la red Desde los  Barrios,  compuesta por la asociación Civil El Culebrón Timbal, el Club Social y Deportivo Defensores del Chaco y la Sociedad de Fomento de Video Alternativo SOFOVIAL. Estas organizaciones desarrollan acciones comunitarias en el campo de la cultura, la comunicación y el deporte, fundamentalmente en la zona noroeste del conurbano bonaerense. Una característica relevante de estos grupos es su inserción territorial, ya que están compuestas – en su mayoría- por vecinos de la zona en la que actúan.

Los “ Aguantes...”  son eventos culturales de carácter barrial y comunitario, que se realizan en distintos barrios, en espacios públicos y abiertos, durante uno o dos días, y se componen básicamente de:
a)         un escenario en el que despliegan sus presentaciones diferentes artistas y grupos culturales barriales
b)         una feria de organizaciones en la que cada institución presenta un stand y carteleras con el registro de su trabajo y su historia institucional y otras producciones preparadas específicamente para esa jornada.
c)         una radio abierta conducida por un medio comunitario local
d)         una carpa en la que se desarrollan talleres y exposiciones permanentes sobre las temáticas definidas como prioritarias en el proceso de organización de los Aguantes

Además, en algunos  Aguantes, se realizan actividades recreativas para los niños (barrileteadas, juegos cooperativos) articuladas con propuestas deportivas (maratón, fútbol). También se montan ferias de venta de comidas y artesanías producidas por las organizaciones comunitarias, con el objetivo de juntar fondos para el apoyo de alguna actividad futura común, o para resolver algún problema que afecte a los vecinos.

Uno de los rasgos más interesantes de la iniciativa es el proceso de preparación del evento,  pues se realiza a partir de una minuciosa articulación de la red  “Desde los barrios”  con, y entre, las organizaciones locales (escuelas, centros de salud, comedores, bibliotecas populares, revistas, radios barriales, centros culturales, entre otros) del barrio sonde se va a implementar el evento. En reuniones amplias que se asemejan a asambleas barriales se definen tanto cuestiones sustantivas (eje del evento, diferentes modalidades de cooperación, tipo de talleres que son necesarios para la comunidad) como operativas (identificación de los artistas locales, espacios físicos para el desarrollo de los talleres de capacitación, relevamiento de equipamientos disponibles –escenarios, equipos de sonido, etc-)

Así, a partir de encuentros semanales se van perfilando los problemas más relevantes en el escenario barrial, cuestiones que serán los temas centrales y comunes que aglutinarán al colectivo de organizadores y definirán el eje del Aguante. En las experiencias registradas algunos de los temas emergentes fueron: la necesidad de instalación de un tanque de agua, el apoyo a una escuela, la firma de un petitorio para conseguir el asfaltado, la inauguración de un monumento público comunitario, entre otros. A la vez, los organizadores locales registran y convocan a las diferentes expresiones artísticas barriales,  y definen los talleres de capacitación requeridos en arte (plástica, video, mural, teatro, por ejemplo), oficios (electricidad, carpintería, alfarería), así como temas de interés para esa comunidad (salud , por ejemplo) y cuestiones relativas a la comunicación y la organización comunitaria. Este proceso lleva, aproximadamente, dos meses de intensa actividad, dependiendo de la densidad asociativa barrial y la envergadura que la población de ese barrio le otorgue a este encuentro cultural.
La estrategia de los Aguantes se basa en la movilización de las capacidades  y los recursos efectivamente existentes en una comunidad, y en la promoción de la articulación social. Esta experiencia tiene como uno de sus rasgos más interesantes haberse constituido progresivamente en un proyecto ligado a la promoción del desarrollo local. En esta iniciativa, la perspectiva del desarrollo local ha sido más un punto de llegada que un punto de partida. Fue el mismo proceso de crecimiento y complejización , en términos de actores, de objetivos y territorios,  lo que fue convirtiendo a esta propuesta en una iniciativa orientada a desarrollar las capacidades locales.
En este sentido resulta interesante describir la génesis de este proyecto, identificando ciertos “hitos” o puntos de corte en los que se nota el deslizamiento hacia la perspectiva del desarrollo.

El origen de la iniciativa puede situarse a principios del año 1999, a partir de la creación de un espacio de reflexión y articulación entre artistas, centros culturales, escuelas, bibliotecas populares y otras organizaciones destinadas al trabajo y la promoción artística y cultural de las localidades de San Miguel, José C. Paz, Moreno y Malvinas Argentinas. En aquella oportunidad  jugó un papel muy  importante el Centro de las Artes de la Universidad Nacional de General Sarmiento , participación que fue clave por su poder de convocatoria, en tanto institución de fácil llegada a actores diversos y con considerable prestigio local.

Al cabo de dos años este espacio de intercambio cultural vivió un proceso de progresiva institucionalización que derivó en la creación del Congreso Regional de la Cultura[3].  

Al interior del Congreso convivían dos tendencias. Por un lado quienes lo visualizaban como  una entidad constituida fundamentalmente por trabajadores de la cultura de la región y cuya función prioritaria debía ser la defensa de los derechos del sector. Por otro quienes enfatizaban la necesidad de visibilización de las producciones artísticas y culturales populares y la necesidad de elaborar propuestas culturales que incorporasen a personas y grupos no necesariamente ligados al campo artístico. Las discusiones entre estas dos líneas cristalizó en la organización del primer “Aguante la Cultura” que se realizó en una de las plazas céntricas del Municipio de San Miguel.  Este evento público cultural condensó las líneas descriptas en el párrafo anterior y permitió por un lado, la visibilización de la producción artística zonal y de la existencia de esta incipiente red cultural y por otro, se constituyó en un escenario de reclamo ante el gobierno local por la reapertura del teatro municipal.

Al poco tiempo del evento, un acontecimiento relativamente ajeno al Congreso Regional de la Cultura volvió a activar la discusión. A propósito del corte de subsidios estatales a los comedores comunitarios de la región se produjo un acercamiento más fluido con las organizaciones comunitarias locales. Este hecho aceleró un cierto redireccionamiento en la orientación que venía teniendo el Congreso Regional de la Cultura y se comenzó a explorar la relación entre el arte, la organización comunitaria y la cultura popular local. Rompiendo, en parte, con la visión que asocia lo cultural a la producción artística y expandiendo esta noción a las diversas expresiones estéticas y organizativas barriales del conurbano bonaerense.
 
En esta línea se realizaron una serie de jornadas de trabajo sobre cultura, organización comunitaria y desarrollo local en la que se problematizó la relación entre la cuestión artística, el trabajo comunitario y el desarrollo políticas culturales en la región. De los sucesivos encuentros participaron redes, organizaciones barriales y artistas zonales que derivaron en el proyecto de los “Aguante la Cultura barriales y regionales”.

Hasta el momento se han realizado 20 eventos en distintos barrios de los municipios de Malvinas Argentinas, San Miguel, José C. Paz, Tigre, Moreno Hurlingham e Ituzaingó. Cada uno de estos eventos tiene su particularidad, dada por la composición social, étnica e histórica del lugar en el que se realiza el evento En esas dos jornadas coagulan las diversas expresiones culturales que cohabitan en estos barrios: comparsas bolivianas, danzas folklóricas, ballets y cantantes de tango, murgas, campeonatos de fútbol, imitaciones de cantantes y grupos musicales populares mediáticos, bandas de rock y de cumbia. Este mestizaje cultural “denuncia” el sustrato cultural del conurbano bonaerense, signado por cierta diversidad caótica.

Esta experiencia pone de manifiesto la potencialidad del trabajo cultural para la construcción de lo local desde una perspectiva propositiva. Por un lado, estos procesos dinamizan la identidad territorial a través del reconocimiento y revalorización de las tradiciones y expresiones artísticas del barrio, manifestaciones que no se ajustan a los patrones estéticos hegemónicos. Por otro lado, este proceso de construcción de la “espacialidad de la vida social” ( SOJA, ......)  también se produce en el plano de la articulación interinstitucional barrial , ya que muchas de las organizaciones que participan en la realización de estos eventos están dedicadas a atender la problemática social, lo que les exige abocarse a la gestión cotidiana y urgente de sus servicios sociales y genera una dinámica relativamente autocentrada. El involucramiento en la organización de los Aguantes, la generación de espacios de encuentro y planificación conjunta les permite descentrar la mirada sobre estos problemas para volver a mirar al barrio como espacio de construcción colectiva.

Podría fácilmente ubicarse esta experiencia en una propuesta de promoción del desarrollo desde abajo,  no tanto por su impronta en la economía popular sino por la base de sustentación social y territorial del proyecto. En este sentido, la propuesta comparte también las limitaciones de esta perspectiva, relativas a la posibilidad de consolidación del proceso, a su potencialidad de crecimiento o la sostenibilidad en el tiempo.

Esta limitación está marcada, además, por la característica “eventual” de las actividades que constituyen el núcleo del proyecto,  y la dinámica itinerante que se impone por la replicación de los eventos en distintas localizaciones. Si bien, como se señaló previamente, la organización de los encuentros culturales supone instancias de vinculación entre los actores locales que contribuyen a construir un espacio de articulación a escala barrial, una vez finalizados los Aguantes,  el desarrollo de ese espacio de interacción depende del compromiso de las organizaciones barriales y, por lo tanto, del impacto que ha producido esta experiencia en el fortalecimiento de la cultura asociativa del lugar.

4.         REFLEXIONES FINALES : SOBRE LA NECESIDAD DE PROFUNDIZAR EL DESARROLLO CONCEPTUAL

Como se presentó en la Introducción, este artículo surge a partir de la emergencia de un espacio de encuentro , tanto en el campo teórico como en el de la acción. entre la reformulación de las políticas sociales y la creciente difusión del modelo de desarrollo local.

Instaladas sobre este punto de partida, nuestra preocupación se orientó a revisar la contribución de la propuesta del desarrollo local , enfocando este análisis no sólo en el plano teórico, sino también en el nivel de las experiencias efectivas. Esta doble mirada implicó analizar los cruces existentes entre los postulados conceptuales de los modelos y las condiciones concretas de implementación de las acciones, cuando éstas se localizan en territorios con condiciones diferentes a las supuestas en los modelos teóricos. Para ello, fue necesario describir e interrogar a estas experiencias particulares a la luz de categorías de análisis específicas, que permitieron organizar la revisión de estas acciones desde un enfoque más apropiado a su realidad.

La complejidad de este recorrido argumental se justifica por la escasa tradición teórica que sostiene los análisis sobre el desarrollo local. La mayoría de las elaboraciones que conforman este campo de estudio pueden ubicarse en dos grandes categorías: manuales o textos prescriptivos acerca de cómo promover el desarrollo, o estudios de caso descriptivos que no ponen en cuestión los fundamentos conceptuales del modelo de análisis. Como resultado del predominio de estas orientaciones no se ha avanzado mucho en la conceptualización del término de desarrollo local, lo que mantiene  todavía a este concepto en un terreno relativamente ambiguo y poco preciso.

Por lo tanto, considerando que una mayor precisión teórico conceptual de un término que alude a un modelo de desarrollo no puede estar aislado del análisis de las condiciones concretas que dan cuerpo a sus categorías y postulados , este artículo ha intentado contribuir a este desarrollo conceptual revisando tanto el debate teórico como las características efectivas de algunas experiencias de implementación.

Esta es la perspectiva que ha iluminado la revisión de  las experiencias presentadas:  no se ha enfocado el análisis sobre los resultados o el impacto de las iniciativas, interrogantes que dan cuenta una preocupación sumamente legítima en el estudio de los procesos de desarrollo local, porque el sentido de este artículo estaba prioritariamente orientado a revisar los modelos conceptuales vigentes en este campo. Nos interesó, por lo tanto, analizar experiencias y proyectos que se ajustan a los enfoques más difundidos, aún si todavía están en una fase inicial.

Los interrogantes, entonces, giran en torno a los modelos y estrategias efectivamente implementados en una región metropolitana, pregunta que puede desagregarse en tres ejes conceptuales fundamentales : la definición de lo local como espacio de sustentación del proceso de desarrollo; la lógica de constitución de los actores/ sujeto del proceso y la consideración de los sectores o áreas de actividad que dinamizan el proceso de desarrollo.

La conclusión más destacada que surge de esta revisión se refiere a la necesidad de ampliar la mirada respecto del espectro de sectores o actividades que pueden operar como palanca del proceso. Si en los modelos hegemónicos aparece como indiscutido que la dinámica de desarrollo debe asentarse en la transformación de la actividad económica formal, estas experiencias hablan de procesos que se apoyan en otros campos, como  la economía de subsistencia, la identidad cultural, o la ampliación del espacio público, entre otros.

Esta conclusión no debe leerse como una negación de la importancia del crecimiento económico, o una propuesta de regreso a la naturaleza  y a la vida comunitaria. Más bien, supone una complejización de la mirada sobre la dinámica social local, que implica considerar las condiciones reales en los que tienen lugar los procesos de producción y reproducción en la actualidad: con un promedio de 40% de población activa con problemas de empleo en todo el conurbano, en algunos de los barrios donde tienen lugar estas experiencia la proporción de habitantes que tienen trabajo remunerado es ínfima [4] . Por otro lado, esta reflexión no pude ocultar que este tipo de iniciativas inciden poco sobre los ejes estructurantes de la dinámica económica actual, sobre los procesos estructurales ,locales y/o globales, que generan esta realidad de desempleo y pobreza.

Una segunda conclusión, estrechamente ligada a la reflexión anterior, se refiere a la definición de los  actores / sujetos de estos procesos. Las experiencias relatadas muestran que no es posible señalar previamente cómo debería conformarse la instancia de articulación local que lidere el proceso. La constitución de este espacio, y la identificación de los actores que lo conforman forma parte del mismo proceso de cambio, y estas experiencia resaltan que cabe aportar a este proceso desde distintos ámbitos institucionales: académico, de gobierno, organizaciones sociales.

Siguiendo con la interpretación anterior, no aparece como protagonista el sector empresario local. Ello se vincula  con los efectos de la crisis económica en esta región, con la consiguiente concentración y extranjerización de las firmas que sobreviven y el creciente debilitamiento de las pequeñas y medianas empresas con intereses comprometidos en el desarrollo económico local.

Por último, en cuanto a la delimitación del ámbito territorial de cobertura de estos procesos, las experiencias revisadas da cuenta de definiciones diferentes. La iniciativa del municipio, sin bien se apoya en un recorte territorial claro, señalado por los límites jurisdccionales, planifica sus estrategias de intervención en referencia a otros espacios geográficos,  tanto de menor escala – los barrios- como de mayor cobertura- el acuerdo regional intermunicpal-. La Universidad define su área de cobertura de manera difusa, construyendo distintos “ámbitos locales” según la cuestión que es eje de la intervención, mientras que la implementación del proyecto de los Aguantes , que se apoya en una concepción de lo local asociada al encuentro cotidiano, requiere una estrategia itinerante para lograr una mayor cobertura. En resumen, la definición del término “local” en un área metropolitana constituye una construcción política, conceptual y estratégica propia de cada iniciativa.

La rejerarquización del espacio local, de la economía popular o informal, de la identidad cultural y de la articulación de actores como sustento organizativo de los procesos de cambio, son también componentes que atraviesan, cada día más intensamente, el diseño de las políticas sociales. Esta coincidencia da cuenta del progresivo acercamiento entre la orientación conceptual y estratégica de las iniciativas de desarrollo local y las políticas sociales, lo que abre las posibilidades de avanzar en la reformulación de ambos campos.

En síntesis, esta revisión pone en evidencia la necesidad de reformular el concepto de desarrollo local, y avanzar hacia una redefinición del término que tome en cuenta la complejidad de la dinámica social en el nivel local.

5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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[1] Ver al respecto, el artículo de Andrenacci y Soldano en este volumen.

[2] MAX NEEF, ELIZALDE y HOPENHAYN ( 1986)
[3] En el momento de su creación pariticipaban del Congreso Regional de la Cultura artistas, instituciones y trabajadores populares de la cultura procedentes de varios partidos del noroeste bonaerense. Agrupaba las siguientes organizaciones: Biblioteca “Inti Huasi”- Centro Cultural “Raíces” - “La Casa”- Sindicato de Empleados Municipales de San Miguel, José C. Paz y Malvinas Argentinas- Sociedad de Fomento del Video Alternativo- FMs: “Tinkunaco”- “Internacional”- “Barrial”- “Fuego” / Revistas: “El Hiperpótamo”- “La Tinaja” Asociación de Escritores y Lectores- Elenco Regional de Teatro- Escuela de Psicología Social de San Miguel- Agrupación Cultural Viejos Delianos- Grupo de títeres “Voces y Manos”- Sociedad de Fomento Unión de Familias Obreras- Agrupación cultural vecinal “El Colibrí”- Agrupación “Yatumá”- Agrupación tradicional “el Pehual”- Asociación coral de José C. Pazl- Coro polifónico de José C. Paz- Escuela Municipal de Teatro de San Miguel- Fundación desde América- La Esquinita del Sol- Centro de Actividades Integrales- Salón Parroquial de la Catedral de San Miguel- Escuela Municipal de Música “Julián Aguirre”- Escuela Nº 3- Alianza Francesa de Bella Vista- Escuela Municipal de Artes Visuales- CESPPEDH - Parroquia Nuestra Señora del Valle- Vía Activa- Asociación de Artesanos de la Plaza de las Carretas- Fortín Gaucho Martín Miguel de Güemes- Diario “La Hoja”- Casa de la Cultura de Grand Bourg- Producciones Independientes Alternativas- Escuela Juana Manso- Colegio Almafuerte de Bella Vista- Estudio de Arte “Gabriela Quiroga”- Dirección de Cultura de José C. Paz- Red de Guarderías y Centros Comunitarios “El Encuentro”- Asociación Mutual “El Colmenar”- Taller Escuela “Ninsei”- Asociación Amigos del Hospital Larcade- Red de Radiodifusoras de José C. Paz (14 FMs del distrito de José C. Paz)-

[4] Ver, al respecto, FOURNIER Y SOLDANO....